La gran mayoría de las personas tenemos por lo menos en la mente, una serie de planes y objetivos que queremos lograr. Sin embargo, también hay personas que a pesar de que sus planes sean a corto plazo, les cuesta mucho ponerse manos a la obra y empezar a llevar a cabo lo que desean y esto no solo les repercute en cuanto a que sus sueños y deseos se ven frustrados, sino que también se ve afectada su autoestima y bienestar emocional en general. 

    Pero, ¿por qué ocurre esto? Si es te sientes identificado con esta situación, no pienses que eres raro y que todos los demás si pueden hacerlo y tu no, de hecho esto es algo muy común en la sociedad sin embargo no quiere decir que tengas que conformarte con eso y que dejes de lado tus objetivos personales

    En este artículo de Psicología-Online, vamos a dar respuesta a tu pregunta: ¿por qué me cuesta tanto hacer las cosas? Dándote a conocer cuales son las razones más comunes por lo que esto ocurre y te brindaremos algunos consejos para que dejar a un lado la desidia.

     

    Principales razones por las que nos cuesta hacer las cosas

     

    Es cierto que existen personas que, sin dudarlo, comienzan a llevar a cabo aquellas acciones que están encaminadas hacia esas metas y planes, incluso aunque están conscientes de que los resultados los obtendrán a largo plazo, deciden comenzar a hacerlo y cuando se vienen a dar cuenta ya han logrado sus objetivos. Sin embargo, también existen casos contrarios de personas que, por una serie de razones, les cuesta mucho poner en marcha sus planes y lograr alcanzar cualquier objetivo.

    A continuación, vamos a mencionarte cuales son las razones más comunes por las cuales a las personas generalmente nos cuesta tanto hacer las cosas.

    Baja tolerancia a la frustración

    Existen personas a las que les cuesta mucho comenzar a hacer algo nuevo o incluso cosas que tienen que hacer en el día a día debido a que no soportan que algo no les salga como ellos lo desean. No soportan experimentar incluso un mínimo nivel de malestar ya que desde pequeños fueron acostumbrados a que les resolvieran cualquier tipo de situación desagradable. Esto a la larga, sobre todo en el mundo adulto, les trae muchos problemas ya que es cuando más se ven obligados a realizar todo tipo de tareas que puede que no sean de su agrado. Por lo que surge cierta resistencia a llevar a cabo ese tipo de actividades y como resultado experimentan un malestar cada vez mayor conforme pasa el tiempo.

    Miedo

    ¿Cuántas veces has dejado de hacer algo que deseas por miedo? El miedo es uno de los factores principales por el cual las personas dejamos de hacer las cosas que queremos. No se trata sólo de hacer realidad nuestros sueños y/o metas personales ya que en ocasiones el mismo miedo nos frena incluso para llevar a cabo acciones cotidianas que no tienen un gran significado para nosotros pero que son necesarias para cubrir nuestras necesidades básicas. Hay que tomar en cuenta que muchas veces el miedo puede estar disfrazado de otras cosas como la desidia y la pereza por ejemplo. La clave para salir adelante en estos casos estará orientada a saber cómo curar el miedo.

    Falta de motivación

    La falta de motivación es otra de las razones más comunes por las cuales a una persona le cuesta tanto hacer las cosas. Cuando nos encontramos desmotivados es porque las cosas que hacemos o en este caso que pretendemos hacer, no tienen un verdadero sentido para nosotros y sólo queremos hacerlas “por hacer algo”. Por ejemplo, si nos cuesta ir al trabajo o hacer las tareas que nos piden ahí que tenemos que hacer, seguramente es porque ese trabajo no nos gusta nada y porque incluso nos es demasiado desagradable tener que estar ahí. Así que es normal que en este caso nos cueste tanto hacer las cosas ya que ese trabajo no significada nada para nosotros y estemos ahí únicamente para obtener el dinero necesario para cubrir nuestras necesidades.

    Indecisión

    Cuando no estamos seguros de lo que queremos en la vida, no sabemos hacia donde nos dirigimos y no tenemos ningún plan u objetivo personal en mente, es normal que atravesemos por uno o varios periodos de indecisión. Seguramente al pretender hacer algo de lo que no estás seguro que en realidad quieres hacer, te frene el solo pensar en sí de verdad es algo que deseas, si lo estás haciendo por hacer y/o por otro tipo de razones que no encajen con lo que quieres. Esto ocurre muy seguido cuando no nos conocemos bien a nosotros mismos, lo cual se ve reflejado en ir por la vida sin saber exactamente hacia donde nos queremos dirigir y por lo tanto recae siempre en la indecisión.

     

    No tengo ganas de hacer nada, ¿tengo depresión?

     

    Cuando una persona padece de algún tipo de trastorno mental o psicológico, siendo los más comunes en estos casos, de ansiedad, depresión, trastornos de sueño, etc. La química del cerebro se ve afectada, por lo que no se produce la misma cantidad de neurotransmisores que encontrándose en un estado de salud óptimo y normal.

    Por ejemplo, un trastorno como la depresión, puede hacer que la persona experimente un cansancio extremo acompañado de pensamientos sumamente negativos que en combinación le impiden levantarse y comenzar a realizar sus objetivos personales e incluso sus actividades cotidianas.

    En el caso de la ansiedad por ejemplo, si una persona padece de fobia social y necesita hablar acerca de algún tema ante un grupo de personas para llevar a cabo sus objetivos personales o simplemente para realizar su trabajo de manera correcta, es normal que le genere un malestar bastante intenso el sólo hecho de pensar que tiene que hacerlo por lo que querrá aplazar lo más que pueda ese momento tan amenazador para él(ella).

    Si se padece de un trastorno de sueño y no se logra conciliar el sueño durante toda la noche y al otro día es necesario realizar las actividades cotidianas durante la mañana, la persona se sentirá sumamente cansada y le costará mucho poder siquiera levantarse de la cama. En estos casos no se trata de desidia y no es algo que la persona pueda controlar tan fácilmente ya que al ser una enfermedad requiere de un tratamiento específico para sanar y corregirlo.

     

    Claves para la motivación personal

     

    • Motívate. La motivación es esencial para resolver este problema. Trata de encontrar un sentido a todo lo que haces, incluso si lo que haces ahora no te agrada, probablemente es necesario que por el momento tengas que hacerlo para lograr tus metas a largo plazo. Así que pregúntate siempre, ¿qué sentido tiene para mi esto que voy a realizar? Y encuentra la motivación que hay detrás de cada acción.
    • Terapia psicológica. Si tu problema se trata de alguno de los trastornos mentales antes mencionados o tienes la sospecha de padecer de algún otro y que eso sea lo que te impida llevar a cabo lo que deseas y/o simplemente sientes que necesitas una ayuda extra, siempre es aconsejable que asistas con un profesional. En este caso el psicólogo se encargará de tratar tu caso en específico y de brindarte el apoyo que necesitas para poder superar.
    • Conócete a ti mismo. Es esencial que tengas claro quien eres y que te conozcas muy bien a ti mismo(a) para que puedas darte cuenta de que es lo que haces porque verdaderamente lo deseas y que es lo que estás haciendo actualmente por satisfacer los deseos de otra persona o simplemente porque “así lo dicta la sociedad”.
    • Da el primer paso. Si hay algo que te está costando mucho comenzar, simplemente decídete a dar el primer paso y comienza a hacerlo, no pienses en lo que te va a faltar para terminar, enfocate en el presente y en lo que haces momento a momento. En muchas ocasiones lo que nos detiene es el pensar en el tiempo que nos vamos a llevar haciendo las cosas y el sólo hecho de hacerlo nos impide siquiera comenzar.

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